Hace unos meses colaboré para un artículo de Vilaweb. Estoy muy satisfecha y contenta del trabajo que hizo Clara, su autora. Te dejo aquí el enlace por si le quieres echar un ojo.
En pocos meses me han contactado de dos portales de internet para visibilizar el colectivo, lo que me enorgullece mucho.
Son muchas las veces que pienso que quizá mi trabajo no es necesario, que realmente no es relevante visibilizar porque tengo un entorno con una mente muy abierta y ni tan siquiera oigo comentarios ofensivos.
Pero luego leo algunos de los que están publicados en la cuenta de Instagram donde avisaron de la publicación del artículo y se me pasa. Y no porque lea cosas buenas, precisamente por todo lo contrario.
He podido leer algunos comentarios de gente faltando al respeto a las personas del colectivo usando términos que no voy a replicar por aquí. Y no es la primera vez. Cuando en mi propia cuenta de instagram hablé sobre la fraisexualidad hubo varia gente que se me echó encima alegando que estaba normalizando cosas que no debería normalizar.
Cuando no entendemos algo tenemos la tendencia de verlo como una amenaza, algo que pone en peligro el statu quo. Hablamos de ello con distancia, para denotar la diferencia entre yo y esa gente. Incluso se puede llegar a usar el nombre de esta orientación como arma arrojadiza e insultar.
Ser asexual no es nada malo. Tampoco es nada bueno. Es simplemente algo neutro, como el resto de las orientaciones sexuales. Cuando consigamos quitar la carga peyorativa de la palabra “asexual” estaremos un pasito más cerca de su inclusión y de que mi trabajo deje de ser necesario.